Fue en un pueblo con mar 
una noche, después de un concierto…

… Así empezó todo, como predijo Sabina.

Dione se acababa de mudar al Perellonet, un pequeño pueblecito en la costa Valenciana. Cuatro horas y apenas 400 km la separaban de la capital, aquella que hasta entonces había sido su casa y su forma de vivir. Hasta que un día, irónicamente, la gran ciudad se le quedó estrecha. 

 

Pepe había nacido allí, entre pescadores de lubinas y labradores de tomate. Es agricultor, navegante, restaurador y cocinero. Cree firmemente que los lugares más interesantes se encuentran siempre a la vuelta de la esquina y que en verano es mejor comer sin camiseta. 

 

Ella había siempre querido aprender a cultivar un huerto, él buscaba a alguien que diera forma a sus habilidades y aquella noche no hizo falta ningún concierto para iniciar la conversación. Dione y Pepe empezaron hablando de barcos y acabaron creando un proyecto: Terra Lobato.  

Un mismo trozo de tierra que diera espacio a tantas posibilidades y acercara a las personas a una experiencia única, la de cultivar la tierra. Terra Lobato nació como un huerto pero se está convirtiendo en mucho más. 

 

Para aquellos que jamás hayan tenido contacto con la tierra, no es un trabajo fácil. La tierra requiere nuestra atención y es ella la que decide cuándo. Os hará sudar más que una clase de spinning y levantaros antes de que salga el sol, pero empezaréis a sonreír cuando llueva y descubriréis a qué sabe un tomate de verdad.

 

Proyectos como el de Terra Lobato nos presentan un estilo de vida como los de antes, pero lo hacen de la forma más novedosa posible para que todos podamos disfrutar de ello.

 

Algo hizo “click” en la cabeza de Dione y Pepe; y basta un click para descubrir por qué.

Cumplimos el primer año…

17 de febrero de 2022. Hace justo un año que entregamos nuestra primera caja de Terra Lobato

El pasado 17 de febrero hizo un año que entregamos nuestra primera caja de Terra Lobato.

 

En este año he aprendido más de lo que en mi anterior forma de vida junta (estoy exagerando, pero para que se me entienda). No hablo de sólo conocimiento, que también, hablo de vivir de otra manera, de parar para observar y valorar lo que tenemos delante y no lo vemos. Me refiero a la tierra y lo que significa el respeto a todo lo que nos entrega. A las personas que la trabajan. A la dureza de depender del clima, del agua y del viento. Y todo esto, se nos olvida. Y lo peor de todo, se nos olvida contárselo a nuestros hijos.

 

En este año hemos puesto en marcha 4.000 metros de terreno en plena Albufera, arado, entutorado, cultivado, alquilado y hasta montado un gallinero!

Decorado para que esté bonito, inventado artilugios para hacernos la vida más fácil y reciclado, ¡mucho! (me paro en cualquier contenedor en el que haya “algo” que nos sirva)

 

También hemos entregado cajas llenas de verduras de temporada, tomates, naranjas y mandarinas. Llenas de salud y sobre todo de la ilusión y energía que hemos puesto en cada una de ellas.

 

Y hoy, solo quería daros las gracias a todos por vuestro apoyo y cariño. En mi nombre y en el de Pepe que por supuesto sin su imaginación, trabajo y energía incansables, habría sido imposible.

 

¡¡¡Gracias, gracias y más gracias!!!!

Desde el inicio

En noviembre de 2020 empezamos a poner en marcha el campo… ¡a por ello!

Y por fin se mueve la tierra

El punto de partida

Después del incendio...
a

Dia 0 en Terra Lobato

Todo por hacer...

Hierros

Puestas de sol en Terra Lobato

Sin palabras...

Plantando tomates

A mano…

¿Somos ecológicos?

Salimos en la tele: Apunt. Terra Viva

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